Résumé
Desde su origen el Trabajo Social ha estado vinculado al área de la salud y la salud mental. Particularmente, el 04 de mayo de 1925 se creó en Chile la primera Escuela de Servicio Social, reconocida también como la primera de América Latina. En sus inicios dependía de la Junta Nacional de Beneficencia y luego en el año 1945 pasó a denominarse Escuela Dr. Alejandro del Río en homenaje a su fundador. Esta Escuela caracterizada por su enfoque salubrista estaba orientada a atender principalmente las necesidades y problemáticas sociosanitarias de la población más vulnerable del país. Posteriormente, en el año 1952 y al reorganizarse el sistema de salud público, comenzó a depender del Servicio Nacional de Salud. Estos hechos innegables de reconocer, son parte de la historia e identidad de nuestra profesión y en tiempos actuales nos hacen retornar a lo que en 1922 una de nuestras pioneras, Mary Richmond señalaba respecto a la “acción directa mente sobre mente”, más aún cuando según la OMS, Chile es el segundo entre treinta países donde más ha empeorado la salud mental durante la pandemia, presentando uno de los mayores niveles de depresión en América Latina. Hoy en día, ad portas de cumplir cien años, los desafíos del Trabajo Social en materia de salud mental especialmente en el ámbito educacional son inmensos, puesto que niñas, niños y jóvenes están manifestando síntomas de estrés, ansiedad, irritabilidad, escaso control de impulsos, depresión, problemas socioemocionales, de convivencia, entre otros de alta complejidad que afectan también a las comunidades educativas. Es en este contexto, donde el Trabajo Social debe intervenir con propuestas innovadoras acordes a la realidad de todos los actores involucrados y afectados por estas problemáticas que siguen estando presentes y se han agravado aún más por los efectos de la pandemia.
Mots clés (séparés par des virgules)
Trabajo Social, salud mental, educación, pandemia, postpandemia